Es famoso por sus litografías de escenas de muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en el folclore. Sus grabados generalmente representan calaveras y esqueletos en contextos políticos, sociales y morales; generalmente se les asocia con el Día de Muertos, pero originalmente tenían la intención de señalar los errores políticos, la miseria que vivía el pueblo debido a los políticos ambiciosos y tiranos que abusaban de su poder para imponer sus propios beneficios ante los del pueblo mexicano.
Fue testigo de de los acontecimientos ocurridos en la Guerra de Reforma, La invanción francesa y la opresión del Porfiriato; hechos que marcaron su carácter de artista. Durante el Porfiriato, la censura indiscriminada hacía de los medios de información la conveniente palabra de Porfirio Díaz, siendo la opinión pública casi nula. Cuando Posada llego a la capital tomó todas las represiones, discriminación, desigualdad, injusticia y abusos que se hacían a la sociedad mexicana para plasmarlo en sus gragados, de manera satírica; los cuales se difundieron en tirajes puesto que no estaban sujetos a la censura como algunos periódicos.
En su obra artística se pueden admirar las composiciones llenas de movimiento, la intención de las líneas del grabado, la fuerza con qud confiere el gesto a los personajes y escenas que reproduce, los diferentes trazos según el mensaje que se deseaba transmitir. Sus personajes se muestran según sea el caso, pero con emociones muy marcadas (mezquinos, cobardes, dignos, cómicos...), muestran las características de una sociedad en crisis.
Los personajes representados en sus pinturas y grabados se muestran mezquinos, cobardes, dignos o cómicos, según sea el caso. Es una experiencia adentrarse a las obras de Posada, ya que inevitablemente provocan la risa, la curiosidad, el horror y la indignación, ya que reproducen las características de una sociedad en crisis. Tomó como símbolos populares los animales ponzoñosos, culebras y serpientes, esqueletos, el fuego, el rayo, la sangre, en fin.
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